Es importante resaltar que al momento de localizar la información en estos índices, bases de datos o repositorios, ya sea de publicaciones arbitradas o no arbitradas, se debe tener en cuenta a qué tipo de sistema de información se está accediendo para recuperarla. “Aunque las bases de datos se pueden clasificar de diferentes maneras (según temática, tamaño, etc.), la más utilizada es la que se basa en el tipo de información que contienen”(1). Salvador y Angós (2000), proponen la siguiente tipología de bases de datos:
a. Bases de datos referenciales: son representaciones y/o referencias de fuentes primarias, donde se incluye resúmenes y descriptores, y por lo tanto, la información que contiene es secundaria. Se divide a su vez en:
- Bases de datos bibliográficas: contienen referencias de literatura impresa (artículos, libros, informes, patentes, monografías, etc.) o de otro material impreso no impreso (películas, discos, etc.).
- Bases de datos directorio: corresponden a personas, organizaciones, empresas, productos, entre otros.
- Bases de datos numéricas: contienen datos numéricos que puedan corresponder a estadísticas, series temporales, datos de bolsa, datos demográficos, resultados de estudios de investigación, otros.
- Bases de datos textuales-numéricas: contienen tanto texto como números, y corresponden a diccionarios o manuales.
- Bases de datos de texto completo: contienen el texto completo de los documentos.
A partir de esta apreciación, se puede manifestar que no todas las bases de datos reflejan calidad científica en la producción de una revista. Al momento de evaluar una fuente de información, Ponjuán (2004) (2) sugiere algunos criterios de calidad para tener en cuenta:
En el mundo editorial existen más de 300.000 publicaciones seriadas dentro de las cuales se encuentran las científicas y las que no lo son. Aquellas que están indexadas en bases de datos, pasan por los procesos formales para lograr ser parte de la "élite científico-informacional". Algunas de estas han sido legitimadas dentro del mundo científico, debido a las manifestaciones hegemónicas en ciencia, fruto de los intereses económicos y políticos de los países industrializados que buscan como objetivo posicionar e imponer su producción intelectual a los relegados países subdesarrollados. Entre ellas, se encuentran el ISI Web of Knowledge (de Thomson Reuters) y su "competencia" Scopus (de Elsevier), índices de prestigio que han dominado el mundo de la comunicación científica desde mediados del siglo pasado y finales del mismo, respectivamente.
Sin embargo, a pesar de este juego de poderes, resulta trascendental mencionar que el trabajo colaborativo se ha incrementado en estas últimas décadas gracias a las TIC, y a que la información análoga ha pasado a digitalizarse, donde la comunidad científica está inmersa en la globalización del conocimiento, y es partícipe en la sociedad de la información, la cual deja entrever el mundo de una forma diferente, debido a que la colectividad puede realizar y generar intercambios de toda naturaleza, con el fin de generar productividad económica.
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Referencias:
1. SALVADOR OLIVÁN, José Antonio y ANGÓS ULLATE, José María. Técnicas de recuperación de información: Aplicación con Dialog. Guijón: Trea, 2000. 246 p.
2. PONJUÁN DANTE, Gloria. Gestión de información: dimensiones e implementación para el éxito organizacional. Rosario, Argentina: Nuevo Parhadigma, 2004. 208 p.
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