"Conociendo" el conocimiento científico



Al evocar "conocimiento científico", se hace necesario realizar una definición personal:

"Es un proceso dinámico que consiste en indagar críticamente sobre la realidad que nos rodea (personas, lugares, medio ambiente, hechos, eventos, fenómenos, experiencias), incluso sus declaraciones, manifestaciones y teorías, con el fin de comunicarla racional y objetivamente con fundamentos verificables a través de la observación y la experimentación, para proporcionar a la sociedad educación, crecimiento y desarrollo personal y profesional". (Menéndez-Echavarría, 2009).

Partiendo de este concepto, es preciso consolidar y fortalecer diversos procesos de socialización y diálogo para construir una sociedad de y con conocimiento científico (i.e. alfabetizada científicamente), donde los ciudadanos no sólo sean "espectadores" sino actores de dicha construcción. Allí, la comunicación pública busca generar reflexión para promover participación ciudadana que conduzca al conocimiento por parte de la comunidad sobre el tema particular de la ciencia, a través de la divulgación de la producción intelectual de los investigadores, publicada en diferentes medios de información y comunicación y disponible en un lenguaje comprensible para el servicio de todos.


La utilidad social del conocimiento científico no debe perderse de vista, y permanecer enfocada hacia la triada "ciencia-tecnología-sociedad" y sus respectivos componentes; entre ellos, el proceso de innovación que tiene como reto para la sociedad en general, superar las dificultades para innovar y aceptar los cambios que trasciendan este proceso. Por tal motivo, crear una cultura de innovación implica establecer objetivos específicos para optimizar el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico, creatividad, comunicación y competencias ciudadanas, con el fin de que las personas cooperen en el intercambio de información donde se involucre el trabajo de los sujetos de manera colectiva y participen en la construcción de una sociedad democrática incluyente e igualitaria.

De acuerdo con lo anterior, es importante resaltar que esta última afirmación puede inucrrir en una expresión utópica, ya que ha existido y existe un desequilibrio en la participación de conocimientos evidenciada por la configuración de niveles de desarrollo en lo económicco, social y político. No obstante, para América Latina el acceso a la información y al conocimiento está supeditado a las políticas públicas, lo que hace indispensable implementar la supresión de normas o leyes gubernamentales que contralan el mercando, con el fin de flexibilizar las actividades económicas y flujos de inversión (mecanismos de desregulación y liberalización) en las actividades tecnocientíficas para obtener una distribución equitativa.

Manifiesto y perceptible es el perenne ciclo iterativo donde los países desarrollados potenciarán su poder y los desarrollados continuarán relegados y dependientes de los primeros, en relación con la triada "ciencia-tecnología-sociedad", su utilidad y su divulgación; aunque es vista y transmitida como objeto cultural de acceso equilibrado, no se ha revelado su exclusión de connotaciones sociales, políticas y económicas para responder de manera pertinente a la sociedad.

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